Parlament de Juan Moleres Ibor. Segon anniversari del Col.lectiu Ullal

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Querido Vicente y Amparo:
Es para mi una satisfacción que el Col·lectiu Ullal de Sollana, se haya dignado este año a otorgarte la recompensa o el homenaje que todo hombre de cultura debe merecer, y creo que tú eres, a mi parecer, el que más te lo mereces aquí en Sollana, actualmente.
Recuerdo que fue allá por el año 1940-41, cuando el Ayuntamiento, debido a que solamente había dos aulas unitarias en la población, una dirigida por D. Enrique Vila y otra por D. José Moreno y, como la población infantil, era superior a la cabida que proporcionaban las aulas, creó dos aulas auxiliares. Fue entonces cuando entramos en contacte, tú venías de Villa Robledo y me infundiste todo el cariño que tenías por Sollana. Toda tu inquietud me la trasladaste a mí, porque desde luego, si hay que agradecerle una cosa a Vicente, es lo mucho que ha amado siempre a Sollana, primero como maestro, segundo como funcionario municipal y tercero como funcionario de la Acequia Real del Júcar y así continuó haciéndolo hasta que conoció a Amparín y se tuvo que trasladar a otra patria; pero Amparo le consintió que continuara vinculado a Sollana; de hecho, la parte alta de la casa de Amparo es un verdadero archivo de cosas de Sollana.
Como de Vicente se sabe ya todo, voy a decir cosas nuevas que quizás el público hoy aquí presente desconozca. Recuerdo que el 28 de febrero del año 1941, falleció en Roma el Rey Alfonso XIII y, pasados unos días, no sé por qué, ni cómo, ni cuándo, tú me enseñaste un recordatorio mortuorio con la fotografía y las últimas palabras que pronunció el Rey en Roma: España, Dios mío. Creo recordar que te pregunté entonces de dónde lo habías sacado, ya que aquello parecía que era material de contrabando y creo que no me lo dijiste y todavía hoy, después de tanto tiempo, sigo preguntándome, sin saber, de dónde lo sacaste.
Desde luego, todos sabéis lo que Vicente ha hecho por Sollana, sus escritos, su trabajo, etc. en su casa tiene una verdadera colección muy clasificada, muy catalogada de todos sus trabajos, y entre otros, creo que tiene uno muy bueno que alguien de la mesa ya le ha pedido que cuando Dios quiera se lo pase, una colección Mariana....
Tot seguit el revered D. Andrés De Sales Ferri Chulió assevera: “A mi no me mire que jo no li ho he demanat, el propietari està ací i ho pot testificar. Serà bén rebut, això segur que sí, puntualitzem. La porta ja està oberta.”
Bueno, a parte de esto, otra anécdota que cabe destacar de la personalidad de Castillo es que, cuando tuvo lugar el VII Centenario de la Acequia Real del Júcar, tras la celebración de aquellos solemnes actos, el secretario de la Junta de Gobierno, D. Rafael Taso, redactó una maravillosa crónica general de aquella efemérides, pero se da el caso que el capítulo que habla de los hechos que se celebraron en Sollana, no los escribe Taso, sino que él se los encarga a D. Vicente García Castillo.
Por tanto, y por no hacerlo más largo, ya que van a hablar otros, lo que quería decir Vicente, es que tienes reconocido y bien reconocido el cargo de Cronista Local, porque si por cronista local se entiende anotar día a día lo que en cada pueblo sucede, Vicente en eso es maestro. Yo seré cronista como investigador del pasado, pero si quieres recurrir a algo, tú hablas con Vicente, y él lo recuerda y lo tiene todo archivado y bien guardado.
Otra cosa más, dentro de unas fechas, como vosotros sabéis y si alguien no lo sabe ya se enterará, se va a proceder al acto de exhumación, traslado e inhumación en la parroquia de la sierva de Dios Társila Córdoba Belda, pues bien, el mejor compendio, el mejor expediente, (no sé sacerdotalmente cómo se llama), respecto a la causa postulación de Társila Córdoba Belda, se debe a Vicente. De no haberlo hecho Vicente, no habría nada, y gracias a Vicente lo tenemos todo. Y nada más.

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