La llum de les imatges. Oriola.

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Col·lectiu Ullal

Eixida nº 39

DATA: Dissabte 22 de novembre de 2003
RUTA: Semblants de la vida. Oriola. La Vega Baixa. Exposició organitzada per la fundació LA LLUM DE LES IMATGES.
ASSISTENTS: Juanvi Ferrús, Ángeles i Carlos; Isabel Perales, Quique i Carla; Pau Córdoba, Joan Ferrús i Alicia Girona; Francesc Buïgues i Pepa; (9 adults i 2 xiquets).


per Isabel Perales Del Río

Salimos temprano hacia Orihuela, pues, teníamos por delante dos horas de camino. En ruta, paramos a almorzar en un típico bar de carretera, donde tostaban el pan sobre brasas y el camarero no despedía mucha simpatía. Tras un corto pero contundente almuerzo sobre todo para algunos, continuamos hacia Orihuela. Antes de entrar en la caótica ciudad, había un gran palmeral que junto a un fondo de montañas ofrecían un bonito paisaje.

Orihuela, era una ciudad que tenía algo idealizada, pues años atrás cuando todavía era una estudiante de arte en la Universidad, en clases de arte valenciano, la ciudad de Orihuela era todo un referente de arte renacentista en la Comunidad Valenciana. Por ello y desde entonces, ansiaba conocerla, y que mejor ocasión que la celebración de esta exposición para acudir a visitarla.

Bien, es cierto, que los diferentes edificios sedes de la exposición, son interesantes artística e históricamente, destacando el Palacio Arzobispal y especialmente el monumental Colegio de Santo Domingo, monumentos todos ellos que con motivo de este evento han sido restaurados.

La ciudad, como anteriormente he mencionado, es caótica no sólo en su trazado urbanístico, sino también en su arquitectura, combinándose la belleza con el horror y lo cutre. Además, esta envuelta en un continuo y pestilente olor que emana el contaminado Segura, río que atraviesa toda la ciudad.

Pero a pesar de ello mereció la pena alargarse y conocerla, así como ver por nosotros mismos ese gran esfuerzo que se ha hecho al restaurar, conservar y difundir a través de la muestra, todo ese tesoro artístico de la Diócesis. Labor muy loable, que cómo ya sabéis la Fundación la “Luz de las imágenes” viene haciendo desde hace algunos años en otras Diócesis, cómo la de Valencia, luego la de Segorbe y por último la de Orihuela. Fundación que por otro lado, no deja de trabajar en la recuperación de patrimonio artístico-histórico de la Comunidad Valenciana, preparando la próxima Exposición, que se celebrará dentro de dos años en “San Mateo”, Castellón.

La Exposición denominada “Semblantes de una vida” nos muestra obras procedentes de diferentes poblaciones, mas de 100 que conforman la Diócesis Orihuela-Alicante. Obras de orfebrería, pinturas, esculturas, documentos y tejidos, además de cinco edificios monumentales que contienen temporalmente a estas. Todo ello restaurado por la Generalitat valenciana con el fin de asegurar su pervivencia y conocimiento. Estas intervenciones además han desvelado nuevos descubrimientos sobre la autoría y procedencia de algunas piezas.

Comenzamos la visita en el Palacio Arzobispal, donde nos mostraron en una Sala un vídeo sobre la Historia de la Diócesis, a continuación nos unimos a un reducido grupo guiado por una de las guías del Palacio, viendo piezas de los siglos IV hasta el XVIII, destacando magníficas piezas de orfebrería y de pintura de renombrados artistas cómo Orrente, Sánchez Coello, Velázquez, etc. A continuación fuimos a la Catedral del Salvador que se encontraba enfrente del Palacio, fue una visita que la guía se encargó de agilizar dado que se aproximaba la hora de salir a comer. El edificio donde confluyen los estilos gótico y renacentista, contenía mayoritariamente pintura del siglo XV al XVI, escultura del siglo XVIII, documentos de los siglos XVII y XVIII, destacando el coro del siglo XVIII y la rejería renacentista.

Finalizada la visita fuimos a comer a un restaurante típico de la ciudad llamado “Casa Corro”, este se encuentra a la entrada de la misma. Por suerte, habíamos reservado con antelación, pues el lugar estaba muy concurrido. Comimos su tradicional arroz con costra y de postre entre otras cosas probamos una especie de súper merengue llamado “tetilla de monja” también muy típico y bueno, después de una amena y simpática comida continuamos la ruta expositiva.

Primero visitamos la Iglesia de las Santas Justa y Rufina contiene pintura de los siglos XVIII al XX, destacando a Vicente López; escultura de los siglos XVIII y XX, destacando los pasos procesionales de Salzillo; también orfebrería del XVIII-XIX; tejidos del XVIII y finalmente, documentos y ornamentos sobre el Misterio de Elche, del siglo XVIII.

Continuamos hacia la otra sede la Iglesia de Santiago, pero poco antes de llegar a esta, pasamos por un edificio cuya fachada es monumental y aparentemente de estilo renacentista. La curiosidad, nos hizo entrar, hay en su planta baja una oficina de turismo donde nos informaron que se trataba del Palacio de Rubalcaba, subimos a la planta noble, donde una guía nos lo mostró, fue construido por un particular en la primera mitad del XX, y ahora es propiedad del Ayuntamiento, utilizándose para diversos actos sociales, como bodas, fiestas, etc. Su interior es algo rococó y decadente, nada que ver con su fachada.

Casi en frente se encuentra la Iglesia de Santiago entre el gótico y el renacimiento, en ella no hay nada expuesto, quizá lo interesante es ver la restauración de la misma, pero no vimos nada dado a la escasa iluminación.

Finalmente mas muertos que vivos, llegamos a la quinta y última sede de la Exposición la Iglesia Convento de Santo Domingo, grandioso y espectacular recinto. Entramos primero a la Iglesia de asombrosa decoración mural y rica policromía, muy barroca. Aquí la organización de la Exposición empezó a hacer aguas, el vigilante de la entrada fue algo antipático, no nos dejó entrar hasta que no se creó un grupo numeroso, ello nos llevó esperar un poco. Bueno pues, el grupo que entramos fue tan grande -justo en este momento, fui consciente del gran éxito de público que esta exposición tenía- que el murmullo de la misma, no nos dejaba seguir bien la explicación de la guía -vamos que no me enteré de nada-.

Después de la Iglesia entramos al recinto por la Portada del Convento, nada mas entrar nos encontramos con el Claustro de la Universidad mal iluminado, continuamos hacia el refectorio apelotonados debido, cómo ya he comentado antes, a la gran cantidad de gente. El Refectorio carecía totalmente de iluminación, alguno tuvo que sacar el mechero, y lo mismo ocurrió al visitar el Claustro del Convento totalmente apagado y sin luz natural pues era por la tarde, en definitiva, no vimos nada.

Bueno, ya podéis imaginaros con que caras salimos de allí, además de agotados -llevábamos todo el día de ande- algo decepcionados con este final de Exposición. Aunque no hayan piezas expuestas, el recinto bien merece una mejor iluminación, bueno me conformaría sólo con que hubiera iluminación. En fin, muy mal este final de la Exposición.

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